jueves, 29 de mayo de 2008

LAS PATENTES SOBRE MEDICAMENTOS Y EL DERECHO A LA SALUD


El pasado mes de abril, la Asamblea de Cooperación por la Paz organizó en la EOI un videoforum en torno al documental Cartas a Nora, de Isabel Coixet (2007), incluido en el film Invisibles. En este documental se presenta la enfermedad de Chagas, que hace estragos en algunos países de América Latina. En relación a ello, el debate se centró también en las normas de comercio internacional, que obligan a otorgar patentes para los nuevos fármacos, impidiendo así que los países pobres produzcan sus propios equivalentes más baratos. Como consecuencia, las medicinas están aún más lejos del alcance de las personas pobres. Sobre esta polémica, presentamos el siguiente artículo de opinión.

¿QUÉ ES MÁS IMPORTANTE: EL DERECHO A LA SALUD O EL DERECHO DE LAS EMPRESAS FARMACÉUTICAS A PROTEGER SUS PATENTES?

Para empezar, quisiera comentar mi opinión sobre el tema: lo más importante es la salud de las personas y el derecho de las empresas farmacéuticas a proteger sus patentes es algo secundario. Sin embargo, estas empresas argumentan que el Estado no invierte en el desarrollo de la industria farmacéutica y son las propias empresas, de capital privado, las que invierten sus beneficios en investigación y en el desarrollo de los fármacos.

Lo que no me parece justo son las normas de comercio internacional que obligan a todos los países a otorgar patentes de al menos 20 años. Esto impide que los países pobres produzcan los equivalentes de dichos fármacos. Son muchos años de desesperación para millones de personas en todo el mundo, que están condenadas a morir porque no tienen medios para conseguir los medicamentos necesarios. Por consiguiente, pienso que las empresas farmacéuticas deberían tener derecho a preservar sus patentes sólo en medicamentos que no sean básicos, como por ejemplo cosméticos, Viagra, etc. Pero otros, que hacen frente a enfermedades mortales, como el SIDA, hepatitis, etc., deben ser de libre acceso.

En resumen, los gobiernos y organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, la ONU y la UNESCO, con la ayuda de ONGs, deberían garantizar y facilitar el acceso a los medicamentos y vacunas elementales a los más necesitados: niños, ancianos y especialmente en los países del tercer mundo mediante fármacos genéricos.

Un saludo.
Marina Shumova (4º Curso)


(Imagen de Internet)

1 comentario:

AGNES dijo...

Me gusta mucho tu texto, opiniones y comentarios buenos